sábado, 22 de febrero de 2014

Artículo de Salvador Macip

El reto de la manipulación genética

Los humanos hemos modificado genéticamente seres vivos incluso milenios antes de saber qué era un gen. Por ejemplo, desde que apareció la agricultura hemos estado seleccionando de una manera muy rudimentaria las características que más nos interesaban de las plantas. Pasa lo mismo con los animales domésticos: han sufrido siglos de cruces planificados para potenciar los rasgos que más se avienen a nuestras necesidades. A partir de la segunda mitad del siglo XX, la ciencia permitió acelerar este proceso. Entender que los organismos están definidos por su ADN fue el primer paso para manipular en el laboratorio. Esto nos ha permitido añadir (y quitar) genes específicos de vegetales o animales, lo que globalmente llamamos transgénicos.
Dejando de lado el impacto que puedan tener en la cadena alimentaria, estas alteraciones genéticas son una herramienta imprescindible en los laboratorios de todo el mundo. Gracias a ellas descubrimos cómo funcionan los genes y encontramos tratamientos para enfermedades. Los científicos trabajamos habitualmente con estos transgénicos, desde moscas a gusanos pasando por peces y, quizá lo más habitual, ratones. Actualmente podemos jugar con el ADN de una manera muy precisa, hasta el punto de que sabemos apagar oencender genes en momentos concretos y así conseguir animales inmunes al cáncer o con una esperanza de vida mucho más elevada de lo normal, por citar dos ejemplos.
Viendo estos resultados prometedores, podríamos preguntar por qué no lo aplicamos directamente a los humanos: en principio, modificando nuestros genes podríamos hacernos resistentes a enfermar, mejorarnos en general y quizá avanzar un poco hacia la inmortalidad. Hay dos razones que nos lo impiden. La primera es que es ilegal. Todos los países tienen leyes que condenan la manipulación de embriones porque, con los conocimientos que tenemos, las consecuencias serían imprevisibles y los resultados podrían vulnerar los derechos humanos más básicos. Pero este es un motivo formal: que esté prohibido no significa que en un momento dado alguien no decida saltarse las normas y probarlo. La segunda razón es que es imposible: por motivos que no están del todo claros, no se ha logrado utilizar con éxito estos procedimientos en ningún tipo de primate, lo que descarta también los humanos.
Una de las noticias científicas del año pasado fue el descubrimiento de un nuevo sistema para editar genomas llamado CRISPR-Cas, que permite cortar y pegar secuencias de una manera más rápida y efectiva. Es un hallazgo extremadamente útil para quienes preparan transgénicos para la investigación. Un artículo publicado en la revista Cell a principios de febrero sugiere, además, otra posibilidad. Usando el CRISPR-Cas, unos investigadores de la Universidad de Nankín, en China, han conseguido crear los primeros macacos manipulados genéticamente. Esto podría servir para estudiar fenómenos biológicos en un modelo evolutivamente más cercano, aunque ya hace tiempo que los experimentos en monos se han reducido mucho. Ahora ya solo se hacen en casos excepcionales y cuando no hay otra alternativa válida. Por tanto, las aplicaciones reales del descubrimiento seguramente serán pocas.
Pero si miramos un poco más allá entenderemos que esta noticia significa que hemos superado la última barrera técnica de la manipulación genética: ya funciona en primates. ¿Llegará el momento en que pensemos en intentarlo también en humanos? Por ahora no hay que preocuparse, porque el sistema no es muy efectivo: se necesitaron 180 embriones para conseguir 83 que pudieran ser implantados en úteros, de los que solo 10 embarazos progresaron y, al final, nació un solo mono transgénico. Unos números así hacen que no sea éticamente factible trasladarlo a nuestra especie. De momento.
Los protocolos sin duda mejorarán y, a lo largo de las próximas décadas, probablemente nos encontraremos en un punto en el que lo único que nos impedirá modificarnos será la voluntad de hacerlo. ¿Qué pasará entonces? ¿Seguiremos defendiendo una prohibición universal por los posibles malos usos, a pesar de los beneficios que se podrían derivar? Quizá nosotros no, pero nuestros hijos, o como mucho nuestros nietos, deberán implicarse en el debate, porque este puede ser el cambio más importante de la humanidad en todos sus milenios de historia. ¿Estaremos alguna vez a la altura para poder usar este regalo de la forma adecuada? ¿Qué futuro espera a la humanidad una vez hayamos aprendido todos los secretos de la genética? ¿Nuestra destrucción o el paso a un nuevo estado evolutivo? Confieamos en que, de la misma manera que hemos evitado que el descubrimiento de la energía nuclear nos borre del planeta, seremos lo suficientemente inteligentes para superar también este reto.
Elperiódico

lunes, 17 de febrero de 2014

Declaración de la OMC sobre el anteproyecto de la Ley de IVE

Dado su evidente interés reproducimos el texto integro de declaración que la Asamblea General de la Organización Médica Colegial (OMC) aprobó el pasado sábado 15 de febrero, sobre el Anteproyecto de ley orgánica para la protección de la vida del concebido.

Declaración Institucional al Anteproyecto de Ley de interrupción voluntaria del embarazo.

La Asamblea General de la Organización Médica Colegial (OMC) ha aprobado hoy, sábado 15 de febrero 2014, una declaración institucional sobre el Anteproyecto de ley orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada en la que expresa una serie de propuestas al texto aprobado por el Gobierno. La Asamblea General de la OMC, en la que participan la Comisión Permanente de la OMC, los 52 presidentes de colegios de médicos de España y los 9 representantes de las vocalías nacionales, ha aprobado esta declaración tras el análisis del informe de la Comisión Central de Deontología y del Servicio Jurídico de la corporación.

Texto de la Declaración:

INTRODUCCION 1.El Código de Deontología Médica en su art 51.1 expresa que: “El ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases del ciclo biológico, desde la concepción hasta la muerte. El médico está obligado, en cualquiera de sus actuaciones, a salvaguardar la dignidad e integridad de las personas bajo sus cuidados”. Sin desvincularse de este principio deontológico contra la interrupción voluntaria del embarazo (I.V.E), es preciso reconocer la existencia de graves situaciones que se presentan y que demandan ponderar valores en conflicto entre la mujer y el concebido.
2. El anteproyecto de Ley orgánica para la protección de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada considera legal la I.V.E en dos supuestos: a) Cuando exista un grave peligro para la vida o salud física y psíquica de la mujer. b) Cuando el embarazo es consecuencia de una violación previamente denunciada. 
3. Se elimina del anteproyecto de Ley los plazos y el supuesto de enfermedad o anomalía fetal incompatible con la vida incluido en la Ley vigente. Por tanto ninguna gestante con un feto con alteraciones graves puede interrumpir su embarazo aunque podría hacerlo, si se considera que la malformación o enfermedad grave del feto, certificada por el especialista correspondiente, supone un “grave peligro para su salud psíquica”, que debe ser certificado por dos psiquiatras sin relación con el centro que va a practicar la I.V.E.
4. El anteproyecto de Ley en la objeción de conciencia del médico reconoce “el derecho de los profesionales sanitarios... a abstenerse, por razones de conciencia, de participar o colaborar en la I.V.E...”. El “colaborar” puede interpretarse como poder objetar a cualquier tipo de información ante la petición de la gestante de su voluntad de abortar, con las consiguientes molestias, retrasos y dificultades especialmente en situaciones y lugares con una sola opción, la de su medico de cabecera. El art 55.3 del CDM manifiesta que: El médico debe proporcionar a la mujer gestante la información adecuada, fidedigna y completa sobre la evolución del embarazo y el desarrollo fetal. No es conforme a la ética médica negar, ocultar o manipular información para influir en la decisión de la madre sobre la continuidad de su embarazo.
5. La reciente entrada en vigor de la transposición de la Directiva 2011/24/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la aplicación de los derechos de los pacientes en la Asistencia Sanitaria Transfronteriza permitirá que cualquier ciudadana española que desee interrumpir el embarazo en los plazos que establecen los respectivos países de la UE, salvo Irlanda y Malta, pueda hacerlo donde desee asumiendo los costes que eso conlleva, en el caso de no estar financiada dicha prestación por el SNS español.

CONCLUSIONES Y PROPUESTAS 1. Los poderes públicos son responsables de conciliar sensibilidades diferentes, dentro de los principios constitucionales y bajo la tutela de los Derechos Humanos, dando soluciones a través de leyes lo más consensuadas posibles, sobre todo en aspectos fundamentales que inciden directamente en el capítulo de los derechos y las libertades.
2. La mujer que por distintas circunstancias decide interrumpir voluntariamente su embarazo no ha de ser considerada ni definida de antemano como una enferma mental. La responsabilidad de certificar un “grave peligro para su salud psíquica”, salvo en el supuesto de existencia previa de patología psiquiátrica grave, realizado por dos médicos como condición para poder interrumpir el embarazo en los plazos previstos queda en manos del criterio de cada profesional. No es aceptable que una decisión tan importante quede en manos de terceros.
3. No obstante, el CGCOM es consciente de la inequidad que puede derivarse en materia de IVE por la trasposición de la directiva Europea de Asistencia Sanitaria Transfronteriza.
4. Es necesaria la despenalización de la I.V.E. en el supuesto de malformación grave o enfermedad incompatible con la vida del feto en equilibrio con lo dispuesto en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificado por España en 2008. 
5. Introducir en la Ley en cuanto a la menor de 16 y 17 años que solicita una I.V.E. que al menos uno de los representantes legales, padre o madre, personas con patria potestad o tutores debe ser informado de la decisión de la mujer. Se podrá obviar esta información cuando alegue fundadamente (certificado por los servicios sociales) que provocará un conflicto grave, manifestado en el peligro cierto de violencia intrafamiliar, amenazas, coacciones, malos tratos o se produzca una situación de desarraigo o desamparo.
6. Es necesario promocionar y favorecer activamente políticas específicas y de apoyo económico a la maternidad responsable y especialmente a las familias con hijos con minusvalías y necesidades de cuidados específicos. 
7. Es preciso contemplar la educación sexual y reproductiva decidida, especialmente entre los jóvenes, con especial atención a las relaciones sexuales de riesgo, la prevención del embarazo no deseado, el conocimiento de los métodos anticonceptivos el acceso gratuito a la píldora anticonceptiva de emergencia en los centros de salud y centros de orientación familiar. 
8. En el apartado de quién puede realizar la I.V.E. se dice que “La I.V.E. debe ser realizado por un médico o bajo su dirección.... Se debería añadir “por personal sanitario cualificado para ello”. 
9. La objeción de conciencia del médico sobre la I.V.E. se puede admitir en acciones directas y no debe incluir actuaciones indirectas. Por tanto se debería eliminar la expresión “colaborar”, dejando “abstenerse, por razones de conciencia, de participar en la interrupción voluntaria del embarazo...”. 
Madrid, 15 de febrero 2014

miércoles, 12 de febrero de 2014

"Los científicos no tienen que ser funcionarios ..."

Una muy interesante entrevista al científico español Oscar Marín, quien se va de España, en razón a que le ha fichado el prestigioso King’s College británico para dirigir, en Londres, el Centro de Neurobiología del Desarrollo. Destacamos algunas frases de la misma publicada en EL PAIS ¿Qué nivel tiene la neurociencia en España? Tiene una escuela espectacular, pero no una estructura a su altura, y no hemos sido capaces de convencer a los responsables políticos de dotar al país de esa estructura. No tenemos un centro como el CNIO [Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas] de neurociencias. Igualmente dice que "... aunque el dinero es muy, muy importante y cuanto más inviertas en I+D mejor, creo que el problema del sistema español de ciencia es que, con la excepción de algunos pocos centros, su estructura no responde a lo que es un sistema de investigación en el siglo XXI. Por ejemplo, los científicos no tienen por qué ser funcionarios, sino que hay que tener un ambiente más competitivo en el que se premie la excelencia, que haga distinciones entre los que trabajan más y mejor y los que lo hacen menos y de peor manera... El funcionariado se inventó para otras cosas y en ciencia necesitamos unas estructuras que den más plasticidad al sistema. La falta de fondos es terrible, pero es coyuntural: las estructuras obsoletas seguirán igual cuando salgamos de la crisis ..."; " ...ese dinamismo en España no existe. Y esto afecta a todo el sistema, a las universidades y al CSIC. Necesitamos una política científica que esté adaptada a la actualidad y que nos permita decidir de forma más coherente en qué nos gastamos el dinero ..."